miércoles, 2 de enero de 2013

Holgazanes


Pese a los feriados nacionales recientemente incorporados al calendario, la cantidad de días no laborables en Argentina –por feriados y vacaciones-, para empleados con una antigüedad inferior a los cinco años en una empresa, está aún lejos de alcanzar el nivel de los países que establecen los períodos mínimos legales más largos. Estas naciones, en general, poseen altos niveles de ingresos distribuidos equitativamente, elevadas inversiones en educación y una población con una prolongada esperanza de vida.

La existencia de cierta correlación, a partir de elevados niveles de ingreso, entre esos indicadores de desarrollo y el tiempo de descanso de sus trabajadores no implica necesariamente una relación de causalidad. Sin embargo, ese vínculo revela la presencia de estructuras productivas eficientes y una distribución equitativa de la riqueza, donde los diferenciales de productividad son explicados por  el alto grado de desarrollo de sus industrias.

                                                               Indicadores de desarrollo


País
Días no laborables por año
Ingreso per cápita (PPA, dólares)
Desigualdad (coef. Gini)**
Gasto en educación (% de PBI)
Esperanza de vida

Total
Vacaciones*
Feriados
1
Austria
48
35
13
41.600
0,26
5,4%
79,8
2
Suecia
46
35
11
39.000
0,23
6,7%
81,1
3
Francia
45
35
10
33.300
0,33
5,6%
81,2
4
Alemania
44
34
10
35.900
0,27
4,4%
80,1
5
Perú
44
30
14
9.200
0,50
2,7%
72,4
6
España
42
28
14
29.500
0,32
4,4%
81,2
7
Brasil
41
30
11
10.900
0,57
5,2%
72,5
8
Finlandia
40
30
10
35.300
0,27
5,4%
79,3
9
Noruega
39
29
10
59.100
0,25
6,7%
80,2
10
Holanda
38
30
8
40.500
0,31
5,5%
79,7
11
Suiza
37
28
9
42.900
0,34
5,3%
81,1

Promedio
42
31
11
34.173
0,33
5,2%
79

Argentina
33
14
19
17.700
0,46
4,9%
77
Fuentes: Mercer, Wikipedia y CIA.
*Mínimos legales para empleados con una antigüedad menor a los cinco años en una misma compañía, días corridos.
**Es un valor entre 0 y 1; 0 indica la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (un individuo posee todos los ingresos y los demás ninguno).

Entre los países con más cantidad de días no laborables, los únicos que escapan al patrón señalado son Perú y Brasil, que poseen algunos indicadores precarios respecto a su grado de desarrollo, sobre todo en lo referente al nivel de desigualdad en la distribución de su ingreso. Si bien en ambos casos se trata de economías con un ritmo reciente de crecimiento muy dinámico, los elevados niveles de informalidad y de autoempleo reducen la posibilidad de cumplir con los períodos mínimos de descanso laboral obligatorios por ley.


El impacto de la extensión de los feriados
En una visión de corto plazo, extender la cantidad de feriados es controvertido respecto de su efecto directo sobre la capacidad productiva de una economía. Por una parte, estimula las actividades vinculadas a la cultura, al esparcimiento y al turismo y, por otra parte, retrasa la producción física de la mayoría del resto de los sectores del país.

No obstante, el impacto de la medida opera a través de más canales. En primer lugar, en el marco de una sensible puja distributiva, la extensión de los días no laborables implica una redistribución de la renta nacional a favor de los trabajadores, permitiendo una retribución al incremento de la productividad laboral lograda en los últimos años.

En la medida en que se intensifique el estímulo a los empresarios industriales, asociado a sus inversiones, a través de políticas de incentivo tanto sectoriales como generales, debería minimizarse la pérdida de competitividad provocada por la extensión de los días no laborales –los siete días feriados agregados por los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, redujeron el tiempo laboral anual en sólo un 2,7%-. 

Por otra parte, la extensión de los días no laborables, mediante la restauración de los feriados por Carnaval, eliminados por la última dictadura, y el establecimiento de feriados como los del Día de la Memoria y de la Soberanía Nacional reivindica la memoria histórica y fortalece el patrimonio cultural.

La ampliación de los feriados también constituye una medida equitativa entre los asalariados. Evita la marginación que sufren los trabajadores no formalizados y, asimismo, es más igualitaria entre los trabajadores formales de diferentes niveles de antigüedad en las empresas –la legislación nacional establece, para quienes hayan  trabajado continuamente en una misma empresa, dos semanas de vacaciones desde un año hasta cinco años de antigüedad, tres semanas entre cinco y quince años, cuatro semanas entre 15 y 20 años y cinco semanas para los que hayan sido empleados por más de 20 años -.

Además, bajo la actual estructura de la economía global, en donde trabajan cada vez más miembros del núcleo familiar, a diferencia de una política de incremento de los días vacacionales, sortea los problemas de coordinación entre las agendas de los días ociosos de sus integrantes. A su vez, los feriados, al ser períodos relativamente reducidos de tiempo, desincentivan la salida del país de los turistas, que, en general, tienden a priorizar la cercanía de los centros recreativos.

Por último, el hecho de establecer feriados en épocas de altas temperaturas también estimula la actividad turística. En consecuencia, a través de la política de extensión del tiempo de descanso de los trabajadores y con un consumo interno en crecimiento, se ha logrado maximizar y alcanzar récords de turismo en el país en los últimos fin de semana largos.

El camino al desarrollo
Nuestro país soportó las consecuencias de la flexibilización laboral aplicada durante los años noventa, que formó parte esencial de las políticas que condujeron a la más grave crisis económica y social de la historia nacional. Evidentemente, ése no era el camino hacia el desarrollo.

Argentina está en un proceso de reindustrialización orientado a generar un entramado PYME de capitales nacionales más denso y dinámico inserto en la recuperación de las cadenas de valor (textil e indumentaria, manufacturas del cuero,  metalúrgica y metalmecánica, madera y muebles, entre otras), aprovechando especialmente aquellas donde el país cuenta con ventajas comparativas, generadas principalmente por la enorme productividad de la tierra.

En tanto, el reconocimiento internacional a la calidad de los diseñadores nacionales y la floreciente capacidad industrial en áreas de alto conocimiento tecnológico también contribuyen a convalidar el actual modelo. El desarrollo de las industrias de la moda, del software y de la biotecnología son importantes ejemplos en este sentido. Por otra parte, a través de una empresa estatal, como el INVAP, Argentina exporta reactores nucleares, satélites y equipamiento médico al mundo. También hay importantes desarrollos en micro y nanotecnología, bajo el soporte de instituciones como el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, la Fundación Argentina de Nanotecnología, el Instituto de Investigaciones Físico-Químicas, Teóricas y Aplicadas de la Universidad Nacional de La Plata, la Comisión Nacional de Energía Atómica y el Laboratorio de Electroquímica Molecular de la Universidad de Buenos Aires.

En las estructuras productivas de los países, donde sus ciudadanos poseen más tiempo de esparcimiento, educación y posibilidad de acceso a bienes culturales, predominan conglomerados productivos de alto desarrollo industrial. En la medida en que se reduzca la brecha tecnológica que separa a Argentina de esas naciones, mejores serán las condiciones de vida en el país. La reivindicación de los derechos de los trabajadores y la reindustrialización nacional deben ser procesos simultáneos, donde la clave es el desarrollo de las capacidades productivas tanto materiales como intelectuales.